¿Música Clásica o Rock? Cómo Diferentes Sonidos Afectan a las Plantas
- DAVID FLORES
- 14 mar
- 3 Min. de lectura
Desde hace años, agricultores y científicos han explorado una idea fascinante: ¿pueden las plantas escuchar y reaccionar a la música? Aunque no tienen oídos, diversos estudios han demostrado que las vibraciones del sonido pueden influir en su crecimiento, desarrollo e incluso en su resistencia a plagas y enfermedades.
Pero surge una pregunta aún más intrigante: ¿qué tipo de música prefieren las plantas? ¿Será que las suaves melodías de Mozart las hacen crecer más rápido? ¿O quizás el ritmo vibrante del rock despierta su energía? La respuesta, aunque sorprendente, nos abre una nueva ventana hacia la relación entre la naturaleza y el sonido.

El efecto del sonido en las plantas: ciencia o mito
Aunque parezca sacado de la ciencia ficción, diversos experimentos han demostrado que las plantas responden a ciertas frecuencias de sonido. No es que disfruten de la música como nosotros, sino que las ondas sonoras generan vibraciones que pueden influir en procesos biológicos clave como la germinación, la fotosíntesis y la absorción de nutrientes.
El sonido puede afectar a las plantas de varias maneras:
- Estimula la división celular, favoreciendo un crecimiento más rápido.
- Mejora la absorción de agua y nutrientes, al activar las membranas celulares.
- Aumenta la producción de clorofila, mejorando la eficiencia fotosintética.
- Activa mecanismos de defensa natural, haciéndolas más resistentes a enfermedades.
Pero, ¿qué tipo de música genera los mejores resultados?
¿Las plantas prefieren la música clásica o el rock?
Varios estudios han analizado cómo diferentes géneros musicales influyen en el crecimiento de las plantas.
Música clásica: un estímulo armonioso
Investigaciones realizadas en invernaderos han encontrado que las plantas expuestas a música clásica de compositores como Mozart, Beethoven y Bach tienden a crecer más rápido y desarrollar raíces más fuertes. Esto se debe a que las frecuencias suaves y armoniosas de la música clásica generan vibraciones entre 100 Hz y 400 Hz, un rango que parece estimular la actividad celular en las plantas.
En un experimento realizado en Corea del Sur, los científicos descubrieron que ciertos tipos de música clásica aceleraban la producción de genes relacionados con la fotosíntesis en cultivos de arroz, resultando en un mayor rendimiento de la cosecha.
Rock y metal: ¿una dosis de energía para las plantas?
A diferencia de la música clásica, los géneros más enérgicos como el rock y el metal producen vibraciones más intensas y de mayor frecuencia. Algunos experimentos han mostrado que las plantas expuestas a música rock pueden crecer más rápido en sus primeras etapas, pero desarrollan tallos más delgados y menos resistentes.
Un estudio de la India expuso a plantas de frijol a diferentes tipos de música y observó que aquellas que escuchaban heavy metal mostraban un crecimiento acelerado, pero con hojas más pequeñas y mayor fragilidad estructural. Esto sugiere que las vibraciones fuertes pueden generar un estrés en la planta similar al viento o al movimiento constante.
¿Entonces, qué música es mejor para las plantas?
Todo depende del objetivo. La música clásica parece favorecer un crecimiento estable y saludable a largo plazo, mientras que el rock puede impulsar un crecimiento rápido, pero con efectos secundarios.
Sin embargo, algunas investigaciones han encontrado que los sonidos naturales, como el canto de los pájaros o el murmullo del viento, generan efectos positivos similares a la música clásica, ya que proporcionan un entorno armonioso sin exceso de vibraciones intensas.
El futuro del sonido en la agricultura
Más allá del debate entre Mozart y Metallica, la ciencia está explorando formas de utilizar el sonido como una herramienta para la agricultura sostenible. Algunas granjas ya están probando ondas sonoras específicas para estimular el crecimiento de cultivos sin necesidad de fertilizantes químicos.
Si la música puede influir en el desarrollo de las plantas, quizás en el futuro no solo estemos eligiendo qué canciones escuchar, sino también qué sonidos pueden ayudar a nuestras cosechas a prosperar.
Y quién sabe, tal vez en unos años tengamos invernaderos llenos de plantas que crecen al ritmo de una sinfonía perfectamente diseñada para ellas.
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